Cine de Chile
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Y las vacas vuelan

Ficha técnica[]

Dirección: Fernando Lavanderos

Elenco: Magnus Errboe, María Paz Ercilla, Patricio Campos, Maximiliano Cabrero

PRODUCCIÓN: Mónica Tisné

ASISTENTE DE DIRECCIÓN: Gonzalo Verdugo

ASISTENTE DE PRODUCCIÓN: Paula Ojeda

CÁMARA Y FOTOGRAFÍA: Fernando Lavanderos, Rodrigo Saquel, Gonzalo Verdugo.

GUIÓN: Fernando Lavanderos, Gonzalo Verdugo.

SONIDO: Mónica Tisné, Paula Ojeda.

Sinopsis[]

Kai es un danés. Cámara en mano, él recorre las calles de Santiago de Chile para realizar un cortometraje. En sus azarosas pesquisas audiovisuales, este viajero conoce a una mujer que se transforma en la protagonista de una película de trama ambigua, que progresa aleatoriamente a medida que se conocen y caminan por una ciudad que les va revelando sus secretos. Pero así como él intenta hacer su cortometraje, como en un juego de espejos, él al mismo tiempo es grabado, lo que le lleva a participar en una película que también puede entenderse como un documental. De esta manera la verdad, la mentira y la ficción se rozan y se confunden, para por un momento mostrar el complejo vínculo que existe entre el hombre y la realidad.

Comentarios[]

1.

Ahí donde las grandes producciones preocupadas por crear una industria local del cine fallan en delgadas ideas demasiado preocupadas de la "chilenidad" y sus personajes -tópico donde la ficción se entiende como una máquina ilusoria, poco autoreflexiva, finalmente conservadora-, parecía hacer falta un espacio para otro tipo de cintas, algo más pequeñas, que se distanciaran de ese estereotipada visión. Y las Vacas Vuelan llega en un momento preciso, sin grandes presupuestos (más bien mínimos) dispuesta a dar aire fresco a nuestra cinematografía.

La película juega al riesgo, al punto intermedio, a la intersección, a puntos de fuga, puestas en abismo, al servicio de una historia tan joven y única como real. Un diálogo entre aquello que llamamos documental y ficción (anunciada en nuestras salas por una cinta como Un Hombre Aparte), pasando de esas categorías, y contando finalmente una historia de amor, desamor, encuentro y desencuentro.

No quiero adelantar parte de la trama como una estrategia de seducción: es necesario ir a ver esta cinta para saber de qué trata. Y aceptar su juego, leve, divertido, irónico y finalmente bello, tanto como el pulso de la vida, de las relaciones humanas, del azar, y del acto de filmar. Un buen punto de partida para un cine en constitución: el cine debería ser juego antes que industria, preocuparse por recuperar el placer de contar una historia y a la vez de filmarla antes de querer llenar las salas. La pregunta es ¿qué tipo de industria queremos construir? La situación se piensa crítica cuando vemos que Y las Vacas Vuelan tiene poco y nada de plata para la publicidad.

Por fin, se trata de una cinta de juegos y refracciones, de documentales ficcionados, o ficciones documentales, de límites difusos entre ambos quizás,¿a quien le importan los límites?

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